Justin Bieber, con esa cara angelical, parece un niño bueno incapaz de cabrear a la gente...
Pero el niño bueno a veces saca su lado bromista. Esto es lo que hizo Justin hace unos días cuando le dio por hacer un montón de llamadas perdidas a Miley Cyrus. Ella en ese momento se encontraba en Londres, así que recibió todas las llamadas a las tres de la madrugada.
Miley no identificó el número y se pensó que era algún fan que había conseguido su móvil, así que no quiso coger el teléfono, pero como éste no paraba de sonar, al final lo cogió y dijo: "¡Son las tres de la mañana!" como respuesta Miley oyó risas y la voz de Justin diciendo: "Soy Bieber. Llámame".
Miley se enfadó muchísimo y contó el suceso en un programa de televisión donde dijo que tenía ganas de matar a Justin por la bromita: "Dios mío, voy a hacer daño a este crío. Mi hermana le adora , pero yo le voy a matar".
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