Ya todas sabemos de la manía que tiene Miley a los vampiros en general y a los de la saga Crepúsculo en particular.
Miley es libre de elegir sus aficiones y de tener gustos propios, pero es que estos gustos están perjudicando su carrera. ¿Cómo? Pues resulta que muchísimas de sus fans son también fans de la saga y esto provoca que estas chicas se encuentren con el corazón dividido: quieren a Miley pero les duele que su ídolo no quiera ni oír hablar de Crepúsculo, que ni siquiera trate de ver una película para que pueda decidir objetivamente si le gusta o no. Recordemos que Miley no ha visto ni leído ninguna parte de la saga y que, a pesar de esto, sigue diciendo que no quiere saber nada ni de vampiros ni de hombres lobo.
Miley está cambiando totalmente su imagen y ha pasado de ser una chica cándida a una adolescente con un aspecto duro y adulto, que no se muerde la lengua y que dice lo que piensa sin importarle las consecuencias. Unas consecuencias que pueden hacerle perder fans en un momento delicado de su carrera.
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