Echad un ojo a este vídeo. ¡Pocas veces vemos meteduras de pata tan grandes como la de este portero!
Ocurrió en un partido de la copa marroquí donde se decidía el ganador en la tanda de penaltis. Pues en un chute, el portero consigue parar la pelota y, feliz y contento, se gira para presumir de sus reflejos de lince, pero... ¡Oh no! La pelota, sin prisa pero sin pausa, continúa su camino hacia la línea de gol...
Y es que el portero, en vez de rechazar el balón o retenerlo entre sus brazos, lo deja abandonado y le da la espalda pensando que había hecho bien su faena ¡pero la jugada aun no había acabado!
Fuente: elmundodeportivo
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